miércoles, 4 de julio de 2007

Mis collares

Como vivo en un barrio con muchos seres humanos, desde que salgo libremente llevo siempre un collar para que no me confundan con los gatos de la cuadra.

Mi primer collar era de un primo, Apolo, Manto Negro él. Era verde y tenía algunos huesitos en el diseño pero fue el collar que más tiempo usé.
Al tiempo me compraron uno amarillo elastizado, pero lo perdí esa misma tarde. Volví al collar de huesitos.
Luego tuve uno marrón, con un diseño pampa, que perdí en los días que estaba al cuidado del tío Ricardo, cuando mis padres se fueron de vacaciones a Córdoba. Volví al collar del perrito.
Al tiempo me compraron uno verde más oscuro, liso. Y el azul elastizado chiquito para mi hermana Luna.
En dos días desapareció ese collar, pero se me había caído en el cantero de Mariana, la vecina, y lo pude recuperar.
El problema vino en este invierno, porque engordé mucho y ya no me entró ninguno de los collares anteriores.
Así que me compraron uno verde flúo que no tuvo éxito, me quedaba muy mal, y como no quería que los otros gatos se burlen de mí, hice que me compraran otro. Éste es todo azul y liso. Me queda hermoso y no me ajusta para nada.
Aquí muestro algunas fotos con algunos de mis collares, y sin ninguno.




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